No es ningún secreto que me encantan las castañas. En mi primera receta de bundt cake así lo confesaba, y en una segunda entrega os contaba las bondades de este fruto tan típicamente otoñal. Pero, propiedades medicinales aparte, se trata de un ingrediente maravilloso, apto para platos tanto dulces como salados.
Además, las castañas tienen para mí un componente emotivo: anuncian la llegada del otoño. Es un momento muy especial cuando, al caminar por la calle, detecto el aroma de las primeras castañas asadas y busco con emoción el carrito del castañero. Y aunque, para ser sincera, hace años que no las como de esta manera, el aroma que desprenden despierta en mí recuerdos infantiles muy especiales.
Cuando os hablaba entonces de mi afición castañeril, lamentaba lo difícil que me era encontrarlas en harina. Se trata de un ingrediente de uso bastante corriente en otros países que apenas comienza a despuntar en el nuestro. Afortunadamente, la preocupación por la salud y la incorporación de alimentos sin gluten por un lado y el auge de la repostería casera y la búsqueda de nuevos sabores por otro, han hecho posible este pequeño sueño. ¡Tengo harina de castañas!
Y debo agradecérselo a mi tía Pilar. De vez en cuando, ella me obsequia con pequeños detalles de uso culinario y he tenido la fortuna de que se empeñase en encontrar harina de castañas para mí. Espero que, desde ahora, ya no falte en mi despensa. Es una indirecta muy directa, Pilar: ¡regálame más, juas, juas!
Esta receta, comprenderéis, está dedicada a ella. A la tía Pili, que nos enseñó a modelar con puré de patatas, de lo denso que lo preparaba; que nos descubrió, más a mi hermana que a mí, el punk y la contracultura ochentera; que nos escribió cartas preciosas cuando nos marchamos lejos y que, aún hoy, sigue incordiándonos como lo hacía a los seis años. Y espero que por mucho tiempo.
MUFFINS DE CASTAÑA
Receta de Sweetmariquilla
Ingredientes para 12 muffins bien hermositos:
1 cs = 1 cucharada sopera (15 ml) 1 cp = 1 cucharadita de postre (5 ml)
- 2 huevos de tamaño M a temperatura ambiente
- 175 ml de leche entera a temperatura ambiente
- 110 ml de aceite de oliva virgen extra
- 1 cp pasta de vainilla
- 150 gr de harina todo uso
- 100 gr de harina de castaña
- 1 cs de levadura
- 1/4 cc de sal
- 75 gr de azúcar blanco
- 100 gr de castañas peladas y cocidas, troceadas (consulta esta entrada para saber cómo proceder)
Elaboración:
Precalienta el horno a 160°C, con función de calor inferior y superior pero sin aire. Coloca las cápsulas de papel en los moldes y reserva.
Tamiza las harinas y la levadura, añádeles la sal y el azúcar y mezcla bien con unas varillas manuales. Reserva.
Bate los huevos, agrega la leche, el aceite y la pasta de vainilla y bate de nuevo. Incorpora la mezcla de ingredientes secos y remueve para integrarlos. Por último, añade las castañas cocidas y repártelas bien en la masa.
Vierte la masa en las cápsulas, llenándolas hasta las 2/3 partes de su capacidad o un poco más si lo que quieres es que desborde durante la cocción. Hornea durante unos 30 minutos o hasta que al pinchar los muffins con un palillo, éste salga seco. Retíralos del horno y déjalos reposar unos minutos antes de desmoldarlos. Déjalos enfriar por completo sobre una rejilla.
Los consejos de Sweetmariquilla:
- No dejes de leer esta entrada si quieres saber un poco más sobre los muffins.
- Cuece bien las castañas pero ten cuidado de no hacerlo en exceso porque se vuelven demasiado blandas y se deshacen.
- Mezcla la masa con unas varillas manuales solamente hasta que se integren los ingredientes. A diferencia de los cupcakes, la mezcla para muffins no debe coger demasiado aire porque la textura es diferente, menos esponjosa (¡lo que no quiere decir que resulte pesada!)
- Si no encuentras harina de castaña, sustitúyela por la misma cantidad de harina todo uso.
- El aceite de oliva tiene un sabor intenso que proporciona aroma a la masa. Si lo prefieres más suave, emplea la misma cantidad de aceite de girasol.
- Aunque parezca poca, la cantidad de azúcar es suficiente para estos muffins. En cualquier caso, puedes aumentar la cantidad para adaptarla a tus preferencias.
- No seas egoísta, ¡comparte tus muffins!
Pues deben estar estupendos! Es una suerte haber encontrado la harina de castañas, a ver si yo también la encuentro y pruebo tus muffins!
Me ha costado un año pero la búsqueda de harina de castaña ha dado resultado. Suelen tener en las tiendas de naturopatía y productos bio. ¡Buena suerte!
¡¡Como con los ojos!! Vaya buenísima pinta. Yo también tengo debilidad por las castañas…
¡Aaaaaaaaay! Sí, tenemos una merendola pendiente. ¡Un beso!